Don Negro Veras |
Dedicatoria: Este escrito se lo dedico a mis nietos y nietas: Yury Javier, Arturo, Álvaro, Ramón Jr., Mauro; Paola, Pamela, Valeria, Miranda, Sofía, Alejandra y Mía.
Introducción
1.-
Fue necesario que transcurrieran varios siglos de la historia de la humanidad,
para que la mercancía dinero llegara a desempeñar
un papel preponderante en el desarrollo de las fuerzas productivas; de ahí que
los conceptos clases sociales,
mercancía, dinero y Estado están íntimamente ligados y destinados a correr
igual destino: la desaparición.
2.-
El dinero, en el mundo de hoy es, además de equivalente general, medio de
cambio, medida de valor, patrón de
precios, medio de pago universal, reserva de valor y medio de constituir un
tesoro.
3.-
Pero el objetivo de este escrito no es caracterizar las distintas funciones que
desempeña el dinero, sino la valoración que ha llegado a alcanzar, una apreciación sin límites; su valimiento es de
una estimación tan elevada que muchos seres humanos lo colocan por encima de su
conciencia.
I.- El
dinero mal valorado.
4.-
En el mundo de hoy, dependiente de la formación
de la persona, el dinero es signo de adoración; manejado
con sentido de admiración, un insensato poseedor de él se cree con
mandato divino; algo así como que le
merece adoración ilimitada.
5.-
Utilizado sin una visión clara de lo que
es en sí, el dinero lleva a los débiles
de espíritu a formarse la absurda idea
de que están investidos con el
mandato celestial para amar y odiar,
honrar y deshonrar, exaltar y propagar, santiguar y profanar.
6.-
El dinero, en las sociedades sostenidas bajo sistemas sociales como el que hoy
predomina en nuestro país, dependiendo
de la ubicación social y criterio ideológico de la persona y la ambición por él,
conduce a la degradación vulgar,
el descrédito absoluto, al arrastre pervertidor, a ser un canalla sin
posibilidad de regeneración.
II.- El dinero condiciona la persona.
7.-
Por su preeminencia en un determinado medio social, el dinero condiciona a
amplios sectores, clases y capas sociales que, dominadas por un patrimonio económico fuerte, llegan a creerse
que están por encima del bien y del mal, a envanecerse de tal forma que se convierten
en enanos engreídos, se envalentonan hasta el extremo de la fanfarronería; su
mundo circundante lo imaginan alrededor de su cuenta bancaría.
8.- El dinero
se convierte en algo tan
penetrante en la persona que lo ambiciona y lo tiene como símbolo, que la transforma en un ser humano en descrecimiento, de juicios vanos; de actitud humilde la cambia a fatuo, de trato sencillo y llano la convierte en
arrogante, presumida y altanera.
9.-
Aquel que hace de su vida tener dinero,
procura obtenerlo como coraza, con la falsa creencia de que lo
protegerá siempre; que será su instrumento de defensa; que su existencia estará
acompañada de un blindaje ante cualquier
ataque físico, moral o legal.
10.-
La más fina manifestación de la especie
humana, el amor a los demás es, en algunas ocasiones, procurado mediante el
dinero, convirtiendo la ternura en algo
comercial; se comercializa el querer y la estima; y hasta la predicción o rechazo de un ente social
hacia otro.
11.-
La condición de clase social, la
confusión ideológica o la ignorancia,
permite que la acumulación de dinero, en determinado grupo social, vulnere los derechos de la mayoría de la sociedad; perjudica a los que son los más y no están en el
disfrute del poder político del Estado.
12.-
Conflictos entre amigos, Estados y gobiernos, muchas veces tienen su origen en el dinero, y las dificultades se generan en forma
áspera; el dinero coloca en un trance
cuando está de por medio; la disconformidad impide cualquier aprobación
decorosa cuando hay billetes de bancos en juego; algunos se pavonean al hacer alarde
de su riqueza la cual los hace achicarse
mental y físicamente.
15.-
Es fuerte la incidencia que ejerce el
dinero en la conciencia de amplios sectores de nuestra sociedad; se percibe que
domina, que convierte en dócil a algunos
dominantes, y a los autoritarios en mansos y tolerantes.
16.-
La penetración del dinero en el cerebro de muchos seres humanos es tan profunda
que transforma a los íntegros, probos y muy honrados, en afrentas e indecentes; los hace afortunados
pelagatos y menesterosos pobretes.
17.-
Las mujeres y hombres de bien que cambian de conducta por dinero, demuestran la fragilidad, la inconsistencia de los principios éticos y morales que decían
sustentar como norma de vida; ceden ante la podredumbre y la siempre tentadora corrupción.
III.- Dinero limpio y dinero sucio.
18.-
El dinero mal adquirido, como aliado impúdico de la corrupción, guía a su poseedor
a la vileza, ignominia y depravación infame; lo convierte en huérfano
de virtudes, y horriblemente dañoso social.
19.-
El dinero lícito, fruto del trabajo,
utilizado para satisfacer necesidades materiales y espirituales de quien lo
produce, no tiene nada de pecaminoso; pero no obstante su legitimidad, si
es destinado para dañar, emponzoñar, pervertir
a los demás, entonces desnaturaliza su origen convirtiéndose en un
dinero malsano, socialmente nocivo.
20.-
El afán por disponer de dinero fácil ha degradado la política dominicana al convertirla en un medio de enriquecimiento
ilícito; el politiquero es visto como un degenerado que contribuye a depravar
el medio social.
21.- En nuestro país se impone eliminar el clientelismo político, para que el dinero no siga reduciendo la honra
al nivel alto o bajo dependiendo del patrimonio económico; el robo del dinero del erario envilece y hace
imposible asear la vida pública.
IV.- El dinero, la escuela y la juventud
22.-
Debemos instruir a los niños para que se levanten como personas eminentes por
su conducta intachable en el medio social donde viven; ganar nobleza con los estudios y el trabajo;
llegar a ser insignes, no por tener
dinero, sino por lo útil que han sido para la sociedad; por la
trascendencia de que se hace acreedor el que asciende por méritos, no por dinero
adquirido a costa de la deshonra, la degradación, la ignominia y el
avasallamiento.
23.-
En los centros educativos del país, a todos los niveles, hay que difundir la
idea de que aspirar a tener dinero por
cualquier vía mantiene a la sociedad dominicana contaminada por los vicios
sociales más despreciables, entre los
que se destacan la corrupción en sus diferentes modalidades, el timo vulgar, el pillaje descarado, y el latrocinio
sin límites.
24.-
Los educadores de aquí deben formar a nuestra
niñez para que desarrolle sus facultades intelectuales, sociales y
morales en el correcto proceder; llevándole la idea de que el dinero obtenido
sin el mayor esfuerzo contribuye a levantar un ser humano hueco, sin valores
personales a exhibir ante la sociedad.
25.-
De nuestras escuelas han de salir seres
humanos con la convicción de que
envilece el dinero que no es generado con el trabajo; que la conciencia de ser
integro, probo y virtuoso, se consigue con el esfuerzo, no con el desaliento, la haraganería y la poltronería.
26.- De seguir la escuela dominicana como hasta
ahora, formando la niñez con la idea de que
el dinero está por encima de la decencia, vamos a continuar con una
sociedad humana dominada por los vicios,
corrompida, víctima de la crápula política, sacrificada por los depravados y
perjudicada por los pervertidores.
27.-
La realidad dominicana de hoy nos está diciendo que vamos por mal camino, porque las virtudes cívicas han sido
olvidadas y su espacio ocupado por la
ambición desmedida de tener dinero fácil; acumular dinero para exhibir
riqueza; abundancia de bienes adquiridos en forma ilícita, bienestar
alcanzado en base al robo al erario; lucir acomodo por la indigencia de la gran mayoría del
pueblo.
28.-
A la niñez dominicana hay
que inculcarle que sólo el dinero
fruto del trabajo digno ha de ser recibido;
que la pestilencia, la hediondez
que predomina hoy en el medio social dominicano es porque la mercancía dinero
está en muchas manos tufaradas, podridas,
contaminadas por negocios sucios.
29.-
Hay que hacer saber a la juventud
dominicana que no debe desesperarse por
obtener dinero porque el dinero no da talento, capacidad ni méritos.
Algunas veces sólo sirve para satisfacer apetencias desmedidas.
30.-
Los niños deben saber que en caso de llegar a ser profesionales, su actividad
no es para hacer riquezas, sino
para aportar un servicio a la sociedad donde se ejerce; ella da prestigio y
permite una vida digna y decente; aquel
que se desespera y persigue obtener
dinero sin importar los medios, termina mal, renegando de la ética y la
decencia.
31.-
En un medio donde se aplica el criterio
de que todo se vale, hacer dinero se ha
convertido en algo tan fácil que hasta con un susto se logra adquirirlo, sin
tener que esforzarse permaneciendo veinte años estudiando, por eso el que
trafica con drogas pasa sustos, pero no ha necesitado estudios, sacrificios ni
talento para hacer dinero.
Santiago de los
Caballeros,
13 de marzo de 2015.
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