El joven Edward Pichardo, a
quien conocimos más de cerca en los días que asumía la presidencia de la
Asociación de Comerciantes de Cienfuegos, con el paso por esta vida, ha establecido una marca en la conformación
de la vida institucional de las comunidades del Oeste santiaguero.
Su vida de comerciante y
productor estuvo exitosamente mezclada
con el que hacer social, sobre todo en los espacios de desarrollo institucional
y organizacional de Cienfuegos, y todas las comunidades que conforman a
Santiago Oeste.
En las labores de la Casa
Comunitaria de Justicia, estuvo bien de cerca, en la conformación de un Consejo
Consultivo que buscaba un mejor funcionamiento a servicio de la comunidad,
siempre que pudo acudió atento a escuchar y aportar las ideas por la
construcción de la cultura de paz por medio de la resolución alternativa de
conflictos.
Las preocupaciones de
carácter social y político por Cienfuegos y el país le garantizaron a Edward un
asiento de primera fila en el Comité Santiago Oeste, pues los temas no
resueltos que afectan a los barrios y a los comerciantes lo empujaban a salir
del mostrador de su colmado para buscar soluciones a esos problemas.
El apoyo de Edward a la idea
de desarrollo municipal de las comunidades está sujeto a que se haga un ejemplo
desde Cienfuegos, porque este es un país
donde la vida pública está plagada de corrupción, expoliación, monopolio
político, complicidad en contra del ciudadano. Si no se va a hacer diferente,
no vale la pena dar el paso, decía totalmente convencido.
Sus ideas democráticas que compartió con sus más allegados, dando
aliento a los sueños que anidan en los cerebros de los fundadores del Movimiento
de Esperanza Social. Por eso, como dirigente,
aceptó participar en la fundación del mismo y fue autor de palabras de
aliento en momentos en que se agotan las fuerzas, en la larga lucha por la
creación de Santiago Oeste, y hacer realidad el sueño del pueblo de lograr un
mejor país para todos y todas.
Ha establecido una marca
importante en la vida de Cienfuegos. Ha demostrado que se puede combinar el
trabajo, el negocio, la lucha social y política para aportar soluciones a la
comunidad. Ha dejado un legado de compromisos con esta sociedad y una clara
lección a su generación en el sentido de que para servir a la sociedad solo
tiene tiempo el que tiene tiempo mucho
que hacer.
En nombre de las
comunidades, gracias hermano Edward, el gran creador habrá de compensar tu
trabajo y obediencia en cumplir su mandato de amor al prójimo. Paz y Gloria
eterna. Y un abrazo a tus padres,
familiares y allegados.
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