EL COLEGIO LA UNION PODRIA SER DEMANDADO POR MUERTE DE ESTUDIANTES

SANTIAGO.- Los propietarios del colegio La Unión, de donde antier salió la excursión hacia Jarabacoa y que degeneró en la muerte por ahogamiento de dos alumnos, podrían ser demandados judicialmentepor los padres de las víctimas, en vista de que en el permiso que solicitaban para realizar el viaje se especificaba que irían a un parque a realizar una tarea ecológica.

Así lo dejaron entrever ayer parientes de Víctor Sterlin de León y Álvaro Díaz Santos, minutos después de darles sepultura en el cementerio de la comunidad El Ingenio, ceremonia a la que asistieron cientos de personas residentes en el barrio Mella Dos, lugar donde residían.

Familiares del jovencito de León, quien hoy cumpliría 17 años de edad, dijeron que nunca permitieron que este participara en viajes a playas o ríos, por temor a que le ocurriera lo que aconteció ayer, cuando se ahogó en El Salto de Baiguate, comunidad perteneciente a Jarabacoa.

“Dejamos que hiciera el viaje porque en la circular que la dirección del colegio envió a los padres decía claramente que irían a un parque ecológico a realizar la tarea que les merecerían 30 puntos en el examen final y ni por asomo nos dijeron que también visitarían ese río con el objetivo de bañarse”, dijeron María Santos y Marta Mercedes Estrella, madres los occisos.

De León se desempeñó como monaguillo de la iglesia de ese sector por varios años, en tanto que Díaz Santos era ampliamente querido entre los jóvenes deportistas, especialmente en aquellos que practican categorías menores.

Díaz Santos esperaba ser citado por el consulado estadounidense en las próximas semanas, donde viajaría con su padre Lucrecio Díaz, quien vino recientemente desde Nueva York para acompañarlo el día que debía ir a dicha cita.

El sepelio de los dos jóvenes se produjo a eso de las 5:30 de la tarde de ayer en el cementerio de El Ingenio y fueron despedidos por una extraordinaria cantidad de residentes en el barrio Mella Dos, especialmente jóvenes que fueron compañeros de estudios, hasta llegar al tercer grado del bachillerato.

Previo al acto de enterramiento, se llevó a cabo un ceremonial de cuerpo presente en la capilla de dicho campo santo, presidida por el diácono Fausto Mateo. De León y Díaz Santos murieron ahogados cuando, a pesar de no saber nadar, se lanzaron a las aguas con el propósito de rescatar a una compañera de nombre Daniela, que era arrastrada por la corriente.

Se presume que ambos perdieron el conocimiento dentro del agua porque sus cabezas impactaron algunas rocas en el lecho del río, lo que provocó murieran ahogados. Daniela, finalmente fue rescatada por algunos de sus compañeros, así como por la directora del plantel, Isabel Díaz.