Por: Ramón
Antonio Veras.
Ha fallecido Radhamés Gómez Pepín, un ser humano
bueno, sensible y solidario. Como periodista fue sumamente agudo, sagaz y
ágil. Honesto en su comportamiento,
responsable en sus opiniones y apegado a
la verdad de los hechos en su condición
de director del periódico El Nacional.
Amó entrañablemente a su pueblo, natal, Santiago, y
siempre recordó sus barrios, como Baracoa y
La Joya, así como su Plaza Valerio.
Traté muy de
cerca a Radhamés y a su familia,
porque, además de vivir por el mismo barrio, fui alumno
de su madre Ana Pepín de Gómez.
Conocí directamente de la solidaridad de Radhamés,
para aquellos que se encontraban en
situaciones difíciles ante sus
adversarios políticos. Así, por ejemplo,
el día sábado 20 de marzo de 1976, el sargento de la Aviación Militar Dominicana, Miguel Nicanor Liriano
Fernández, instruido por el general Juan Disla Abreu, fue a mi bufete y trató
de asesinarme, lo que impedí. Le solicité a Radhamés, que intercediera en mi
favor ante el general Neit Nivar Seijas.
Así lo hizo.
En mi presencia, Radhamés le dijo al general Seijas: “General, espero que la
sangre de Negro Veras, no salpique
la jefatura suya, como le ocurrió
a la otra con Orlando Martínez”.
Con el fallecimiento de Radhamés, el país pierde a un gran ser humano; el periodismo un ejemplo de honestidad; Santiago,
a un hijo distinguido; sus
amigos a un igual
entrañable, y las Águilas
Cibaeñas a un fanático suyo mil por mil.
Me limito a decir, finalmente, Radhamés murió como
vivió: dignamente.
Santiago de los Caballeros,
27 de octubre de 2015.
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