Por: Ramón Antonio Veras.
1.- Hace unos
días, la prensa escrita dominicana nos trajo
la noticia de que en Venezuela, la
empresa petrolera PDVSA, había sido objeto de un acto terrorista obra de un
comando conformado por un número de personas no precisado que penetró en las instalaciones del centro
operativo El Tejero, en la división ejecutiva, y generó elevados daños económicos.
2.- En cualquier
circunstancia, el sabotaje procura causar daños; la intención de quien lo planifica y ejecuta
es que la acción contribuya a hacer fracasar una actividad mediante el
terror encubierto. No hay que hacer mucho esfuerzo para saber de
dónde proviene el acto terrorista llevado a cabo contra PDVSA, porque el pueblo y el gobierno venezolano tienen hoy dos
adversarios que creen en el
terror como forma del accionar político: el imperio norteamericano y la
oligarquía.
3.- En el curso del proceso democrático venezolano hay
que estar convencido de que los
opresores de ayer no se van a quedar de brazos cruzados, permitiendo que
se consolide la Revolución
Bolivariana. Los intereses extranjeros
que se sienten lesionados con las medidas que toma el gobierno de Nicolás
Maduro, así como la minoría nacional que
ve afectados sus irritantes privilegios, están
desesperados, y van a recurrir a todos los medios para trastornar la lucha liberadora del pueblo.
4.- La nación venezolana está librando una guerra
justa. La realidad histórica prueba
que la guerra es la continuación
de la política con otros medios. La
guerra no es sólo la que se lleva a cabo
con las armas; también se dan las
guerras económicas, psicológicas, bacteriológicas, frías y
calientes, mundiales y regionales.
5.- Un análisis pormenorizado de los documentos
elaborados por los ideólogos del terrorismo
al servicio de la Agencia Central
de Inteligencia de los Estados Unidos, nos permite tener una idea de que la guerra psicológica y de sabotaje que se ha desarrollado en
Venezuela en los últimos días, con la denuncia de rapto de niños para tráfico de órganos y el sabotaje en
PDVSA, forman parte de los lineamientos de la política del imperio contra aquellos
procesos y gobiernos que no son de su agrado. En su
oportunidad, la CIA puso en práctica sus
operaciones encubiertas de guerra
psicológica y de sabotaje en América Latina y el Caribe, particularmente en Cuba, Chile y Nicaragua, y nada quita que
ahora quiera reeditarlas en Venezuela.
6.- Partiendo de la idea anterior, basta con
hacer referencia a el Manual
de las Operaciones Psicológicas en la
Guerras de Guerrillas, un texto de entrenamiento elaborado por la
CIA, para ser utilizado por la ”contra”
frente al gobierno de
Nicaragua, y el Manual del Combatiente por la
Libertad, para crear resistencia interna en Nicaragua e instruir a la
población en la técnica de sabotaje.
7.- Además de los dos manuales ya citados, la base de
orquestación de las distintas operaciones de la CIA, tiene su fuente en el Manual
de Campaña del Departamento del Ejército
de Estados Unidos. [1]
8.- La justeza
de la lucha que libran los venezolanos forma parte de las bregas que libran en
todo el mundo los pueblos oprimidos contra sus opresores; y el imperio sabe que
la liberación de los explotados en
Venezuela contribuye a la libertad de otros países latinoamericanos y
caribeños. Esto es una verdad: “en
la misma medida en que sea abolida la
explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una
nación por otra”.
Santiago de los Caballeros,
6 de abril de 2015.
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