Por José Jáquez
Los clientes son la razón de ser de las empresas del sector
privado y de las instituciones públicas de servicios o de cualquier índole. El
usuario es el equivalente al cliente para los casos de las personas que buscan
un servicio en instituciones y organizaciones, por los que no es necesario el
pago de los mismos.
Los dominicanos se acostumbraron a atenciones de baja
calidad de las oficinas públicas, esto por razones politiqueras creadas por los
partidos políticos que ejercen el poder en el estado. A contrapelo, estaban las
empresas cuyo negocio consiste en vender bienes y servicios, y de cuya
actividad depende el éxito.
La fina y agradable atenciones estaban a la orden del día
en las empresas como tiendas, farmacias,
supermercados, cafeterías, restaurantes,
bancos y otros tantos. Esas atenciones, cuyo nombre actual es ahora atención al
cliente ha sido afectada por un descuido de parte de empleados o dependientes
que distraídos o mal orientados dejan insatisfecha la clientela.
Cuántas personas han entrado a un negocio y después de un
rato se marchan sin que sus dependientes se molesten en preguntar que desean
comprar o adquirir. Ejemplos de desatención sobran en las supertiendas y
multicentros. En los cambios de horario de los empleados detienen el servicio
en caja olvidando las filas de clientes.
El caso de los bancos de servicios múltiples más conocidos
es penoso porque además de la lentitud de los sistemas computarizados
necesarios para sus operaciones , se dan violaciones a los turnos de los
clientes. Es fácil de detectar, pues llegan personas que entregan su cédula a
un seguridad, este lleva el documento a un cajero y al momento ese cliente es
llamado sin hacer fila.
Ante ésta corrupción de algunos bancos, en los que el
suscribiente tiene cuentas, la pregunta es ¿La cantidad de dinero involucrado
en una operación determina el turno en la fila? ¿El status social y económico del
cliente determina el nivel de atención? Se sabe que el banco debe respetar las
normas de atención al cliente.
Se sugiere que las empresas y negocios de cualquier índole,
naturaleza y tamaño revise su política de atención a sus clientes. Son los
clientes los que dan vida a los negocios porque de sus operaciones salen las
ganancias. Sin los clientes las empresas se ven obligadas a cerrar. Algunas incluso,
han cerrado teniendo clientes suficientes, debido a la torpeza de sus
propietarios.
Ante la situación planteada, una medida de la ciudadanía seria
cambiar de marca y de tienda, sin embargo, ante la baja calidad de las
atenciones, moverse no resolvería el problema. lo correcto es suplicar a los
propietarios y supervisores hacer un esfuerzo, aplicar un buen ejercicio de
atender, aplicar encuestas de satisfacción, o simplemente conversar con las
personas para medir el nivel de satisfacción de los clientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba su comentario, tu opinion es importante