Por:
Ramón Antonio Veras.
Debo
expresar de todo corazón que me produjo una gran pena la noticia de la muerte
de Gabriel García Márquez, con quien establecí lazos de amistad en los primeros
años de la década del ochenta del siglo pasado.
El primer
encuentro entre El Gabo y yo se produjo en La Habana , en el curso de una recepción que el
Comandante Fidel Castro, ofreció a varios de sus amigos y compañeros, en el
Palacio de la Revolución ,
luego de concluir un encuentro de solidaridad con la Revolución Cubana.
A El Gabo le
recordaré siempre como un gran conversador; con él era posible pasar horas y
horas intercambiando ideas con relación a los temas más diversos.
Con el
fallecimiento de Gabriel García
Márquez, el mundo pierde a un ser humano sensible, solidario e identificado con
la lucha de los pueblos oprimidos que luchan por su liberación.
La alegría
que sentí la noche que conocí a El Gabo, hoy se ha traducido para mi en
profundo sentimiento de tristeza.
Recordaré
con mucha satisfacción a El Gabo; y me siento dichoso por haberlo conocido y
tratado.
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