Nelson Peralta
SANTIAGO.-La Iglesia Católica de Santiago, afirmó ayer que los hechos violentos ocurridos en el país en los últimos días presentan “los síntomas de una sociedad enferma”, en algunos casos de gravedad.
De acuerdo al semanario católico Camino, para muchos es como si un sismo de una escala exἀtrema sacudiera los cimientos más profundos del edificio social que heredamos de nuestros anteἀpasados.
“Nos atemoriza pensar que somos presos en nuestros hogares”, agregó Camino, tras señalar que “nos aturde la luz que provocan los hechos delictivos que presenciamos. Nos sentimos huérfanos quedando a merced de los delincuentes”.
Informó que la realidad a la que algunos quieren llevar a la población es como una pesadilla, y de forma desespeἀrada buscamos culpables, cayendo de forma automática en el Estado.
Asimismo, es cierto que acciones del pasado y presente de quienes han conducido los destinos del pueblo nos han llevado a este callejón que parece no tener salida.
“Estamos conscientes que la economía de exclusión ha sido una fábrica de pobres”, dijo.
Puso de manifiesto que la impunidad y complicidad con los desfalcadores de los fondos públicos ha sido un incentivo para la delincuencia común, pero ¿cuál ha sido nuestro rol frente a este deterioro creciente?.
Señaló que a veces nos hacemos indiferentes o nos marchamos del país, porque esto no lo arregla nadie, este ha sido el camino.
Manifestó que dejar que en “nuestros hogares las cosas anden manga por hombro, que la educación de los hijos la asuma el barrio, o vecindario, sumarnos a la cultura de conseguir las cosas fáciles, y de ser críticos permanentes sin aportar nuestras energías, comenzar a cambiar las cosas desde el espacio en donde nos desenvolvemos”.
Dijo que esto ha llevado a que de muchos hogares dominicanos estén saliendo lobos buscando presas a quien devorar. Pero se pregunta ¿qué han sembrado sus padres en ellos? ¿Qué vieron sus hijos mientras iban creciendo?
Pero todavía estamos a tiempo de tener un nuevo día, sostuvo, pero advirtió “no olvidemos que somos un pueblo noble y generoso”.
“Evitemos que los malos triunfen por causa de nuestra cobardía y falta de compromiso, porque llegó el momento de menos lamentos y más acciones a favor de la vida.
De acuerdo al semanario católico Camino, para muchos es como si un sismo de una escala exἀtrema sacudiera los cimientos más profundos del edificio social que heredamos de nuestros anteἀpasados.
“Nos atemoriza pensar que somos presos en nuestros hogares”, agregó Camino, tras señalar que “nos aturde la luz que provocan los hechos delictivos que presenciamos. Nos sentimos huérfanos quedando a merced de los delincuentes”.
Informó que la realidad a la que algunos quieren llevar a la población es como una pesadilla, y de forma desespeἀrada buscamos culpables, cayendo de forma automática en el Estado.
Asimismo, es cierto que acciones del pasado y presente de quienes han conducido los destinos del pueblo nos han llevado a este callejón que parece no tener salida.
“Estamos conscientes que la economía de exclusión ha sido una fábrica de pobres”, dijo.
Puso de manifiesto que la impunidad y complicidad con los desfalcadores de los fondos públicos ha sido un incentivo para la delincuencia común, pero ¿cuál ha sido nuestro rol frente a este deterioro creciente?.
Señaló que a veces nos hacemos indiferentes o nos marchamos del país, porque esto no lo arregla nadie, este ha sido el camino.
Manifestó que dejar que en “nuestros hogares las cosas anden manga por hombro, que la educación de los hijos la asuma el barrio, o vecindario, sumarnos a la cultura de conseguir las cosas fáciles, y de ser críticos permanentes sin aportar nuestras energías, comenzar a cambiar las cosas desde el espacio en donde nos desenvolvemos”.
Dijo que esto ha llevado a que de muchos hogares dominicanos estén saliendo lobos buscando presas a quien devorar. Pero se pregunta ¿qué han sembrado sus padres en ellos? ¿Qué vieron sus hijos mientras iban creciendo?
Pero todavía estamos a tiempo de tener un nuevo día, sostuvo, pero advirtió “no olvidemos que somos un pueblo noble y generoso”.
“Evitemos que los malos triunfen por causa de nuestra cobardía y falta de compromiso, porque llegó el momento de menos lamentos y más acciones a favor de la vida.
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