SANTIAGO.-Se cumplen hoy 55 años desde que el 14 de Junio de 1959 cuando una fuerza solidaria internacional de hombres, llegó a tierras dominicanas para enfrentar el régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo Molina, acción calificada por varios cientistas, como el principio del fin de la caída de quien desgobernó a la población negándole los más elementales principios.
A los que se inmolaron por su nación el 14 de Junio de 1959 se les bautizó como “La Raza Inmortal”, germinando los brotes en enero de 1960, del Movimiento Clandestino 14 de Junio, inspirado en la expedición, convertido luego en Agrupación Política 14 de Junio, dirigida por el abogado Manuel Aurelio Tavárez Justo, mejor conocido como Manolo, a lo largo de su accionar.
En la fecha, en el 1959, llegaron al país una primera avanzada de 54 hombres en un avión que aterrizó en el municipio de Constanza (La Vega), una población turística de montaña enclavada en la Cordillera Central. La segunda, cinco días después, por Maimón y Estero Hondo, en las playas de la ciudad de Puerto Plata.
Escritores narran que, cuando los expedicionarios del 14 de junio llegaron a Constanza teniendo como comandante a Enrique Jiménez Moya, era domingo, alrededor de las 6:00 de la tarde. Habían partido de Cuba, donde se entrenaban militarmente con la ayuda de los revolucionarios cubanos que, el 1 de enero de dicho año, encabezados por Fidel Castro, habían llegado al Poder tras la revolución que derrotó contundentemente las tropas del general y dictador Fulgencio Batista.
Al aterrizar el avión, pintado con las insignias de la Aviación Militar Dominicana para confundir, se produjo un enfrentamiento armado con los militares que custodiaban el pequeño aeropuerto, quienes inicialmente reaccionaron confusos, pues la llegada de ese avión no estaba pautada.
Los expedicionarios tuvieron que lanzarse a la pista con sus mochilas al hombro de considerable peso, en medio de un fuego graneado que no causó bajas, excepto entre los soldados, mientras el avión remontaba vuelo de regreso a Cuba piloteado por el venezolano Julio César Rodríguez y como copiloto el cubano Orestes Acosta.
Cuentan los historiadores que, el desertor capitán dominicano Juan de Dios Ventura Simó, quien les acompañó como ingeniero de vuelo, no estaba supuesto a quedarse en territorio dominicano, pero lo hizo, a pesar de las múltiples voces de llamado del piloto Rodríguez para que retornara al avión. Ventura Simó, luego fue capturado tres días después en las montañas, por un campesino que aprovechó su cansancio.
Inmediatamente fue llevado a la base aérea de San Isidro, donde fue torturado y fusilado.
A los que se inmolaron por su nación el 14 de Junio de 1959 se les bautizó como “La Raza Inmortal”, germinando los brotes en enero de 1960, del Movimiento Clandestino 14 de Junio, inspirado en la expedición, convertido luego en Agrupación Política 14 de Junio, dirigida por el abogado Manuel Aurelio Tavárez Justo, mejor conocido como Manolo, a lo largo de su accionar.
En la fecha, en el 1959, llegaron al país una primera avanzada de 54 hombres en un avión que aterrizó en el municipio de Constanza (La Vega), una población turística de montaña enclavada en la Cordillera Central. La segunda, cinco días después, por Maimón y Estero Hondo, en las playas de la ciudad de Puerto Plata.
Escritores narran que, cuando los expedicionarios del 14 de junio llegaron a Constanza teniendo como comandante a Enrique Jiménez Moya, era domingo, alrededor de las 6:00 de la tarde. Habían partido de Cuba, donde se entrenaban militarmente con la ayuda de los revolucionarios cubanos que, el 1 de enero de dicho año, encabezados por Fidel Castro, habían llegado al Poder tras la revolución que derrotó contundentemente las tropas del general y dictador Fulgencio Batista.
Al aterrizar el avión, pintado con las insignias de la Aviación Militar Dominicana para confundir, se produjo un enfrentamiento armado con los militares que custodiaban el pequeño aeropuerto, quienes inicialmente reaccionaron confusos, pues la llegada de ese avión no estaba pautada.
Los expedicionarios tuvieron que lanzarse a la pista con sus mochilas al hombro de considerable peso, en medio de un fuego graneado que no causó bajas, excepto entre los soldados, mientras el avión remontaba vuelo de regreso a Cuba piloteado por el venezolano Julio César Rodríguez y como copiloto el cubano Orestes Acosta.
Cuentan los historiadores que, el desertor capitán dominicano Juan de Dios Ventura Simó, quien les acompañó como ingeniero de vuelo, no estaba supuesto a quedarse en territorio dominicano, pero lo hizo, a pesar de las múltiples voces de llamado del piloto Rodríguez para que retornara al avión. Ventura Simó, luego fue capturado tres días después en las montañas, por un campesino que aprovechó su cansancio.
Inmediatamente fue llevado a la base aérea de San Isidro, donde fue torturado y fusilado.
