por: Jose JAQUEZ
El surgimiento del Movimiento verde contra el gran
fardo de la corrupción pública y la impunidad descarada abre una ventana de
posibilidades de expresión de los indignados de la República Dominicana.
Indignados porque las estructuras del estado
dominicanos no funcionan a favor de los electores y demás ciudadanos. La única dependencia
que rinde con eficacia es la Dirección General de Impuestos Internos DGII porque
es una vía para recibir ingresos. Los encargados de cobrar impuestos tienen una lupa para detectar fuentes de generación
de gravámenes para ensanchar las arcas del gobierno. Esa vocación de cobranzas
sόlo es efectiva contra personas sin padrinos, los que tienen bloqueada las
posibilidades de desarrollo económico.
En contraposición con el pago de impuesto las estructuras
de servicios públicos son extremadamente deficientes, especialmente los
hospitales, en los que no hay medicamentos, materiales gastables, no hay
camillas, no hay espacio para atender enfermos, no tienen ni siquiera seguridad
en las áreas de emergencias.
Las dependencias de servicios públicos que funcionan
lo hacen a precio de carácter privado, pues tienen un costo que deben pagar los
usuarios. Por ejemplo una simple constancia de no antecedentes penales, un
cambio de pasaportes, un acta de nacimiento, cualquier documento que deba expedir el estado dominicano, se
adquieren porque tienen un alto costo para
el usuario.
Concomitante con la disfuncionalidad, campea la corrupción de mediano y alto rango sin que
se tomen las correcciones y se responda a los contribuyentes sobre el destino
del dinero público. Casos de expedientes se han hecho famosos en los que se ha
jugado con el dinero que pagan los ciudadanos de a pie. Mencionar solo algunos, expedientes de los
aviones Super Tucanos, para perseguir el
narcotráfico, el gran caso de la Oficina Supervisora de Obra
del Estado OISOE, una institución paralela al Ministerio de Obras Publicas,
caso Punta Catalina y la gran telaraña de la Empresa Odebrecht.
La salida del libro verde es una primera manifestación
de rechazo a la corrupción y la impunidad de los funcionarios del gobierno. Los
buenos dominicanos no odian a los
corruptos, sino que aborrecen a los encargados de perseguir, y castigar a esos
y que no sόlo no actúan, también se asocian al acto doloso facilitando todo el
peculado contra el interés público de la nación.
Firmar el libro verde, caminar de verde contra la
impunidad, identificarse con esta noble causa del pueblo, es el
toque de trompeta de una ciudadanía que despierta y hace consciencia de que el
voto depositado por los políticos tiene un valor empoderado frente al funcionario.
Si quien tiene el poder es el pueblo no hay razón para que un funcionario corrupto no tenga que ser
llevado a un tribunal y que responda por
sus hechos. Como tampoco hay razón para que quien representa la nación permita
que ese estado de cosas afecte al país y todo siga igual. La nación dominicana se mueve con el verde,
con la esperanza de que se haga justicia con los funcionarios corruptos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba su comentario, tu opinion es importante