Abril: leyenda de Esperanza y Lucha

Amable Grullón

Abril ha sido el mes de la esperanza y tradición de lucha para el pueblo dominicano desde el siglo 20.

Varias epopeyas histórica se han levantado en abril y han determinado que por su naturaleza, sea el mes al que déspota, traidores, mercenarios y usurpadores de los sentimiento del pueblo, para no decirlo de otra forma hayan temido a este mes.

Es más que 30 días en el calendario, es más que el volver de las flores, es un abril de esperanza, anhelos y retoños sobre las praderas del pueblo.

Nadie en este país olvida la revolución de Abril del 1965 y todo el despertar bravura y patriotismo que trajo consigo. Tanto así que regaló al pueblo el más grande los dominicanos del siglo 20, el coronel Francisco Alberto Caamaño de Deñó, Héroe Nacional de la República  Dominicana. No importa si hay una tumba o no, allí solo hay un cuerpo inerte, este país es una inmensa tumba en el dolor y un hermoso jardín en su esplendor.

Todo recuerdan el abril del 1984, la indignación de un pueblo frente los que llegan y secuestran el poder para sus beneficios personales e intereses oligárquicos.

Esperanza y Lucha
Esa es la leyenda, el retoño es cada abril, de cada año, la ilusión de esperanza y lucha que despierta en cada uno de los dominicanos que añoramos avanzar sobre el mar de traidores, mercenarios corruptos y usurpadores que por año han doblado el curso de la historia para servir a los peores intereses y servirse ellos mismos su propia tajada.

No hay que enumerarlo, sería perder el tiempo, pero usted los encuentra en cada coyuntura, algunos son tan leales a sus trayectorias que siempre han ocupado el mismo lugar.

Esos son los que siempre están buscando los renegados para arroparlo con su manto de impunidad y sombra en el que no sólo habita la corrupción, sino el crimen en sus manifestaciones más perversas, el narcotráfico, las tramas y maniobras de esos grupos pervertidos.

Contra la impunidad y la corrupción

Abril, arranca este lunes con todas sus fuerzas, el pueblo con todos sus bríos  después de unas renovadas vacaciones de Semana Santa.

Vamos contra la corrupción, la impunidad y por el rescate de una justicia secuestrada por lo peor de este país.

Marcharemos sobre este mar de  complicidades, porque en esa complicidad, sobre los pactos, la impunidad y bajo el clamor de justicia restableceremos la esperanza.

Tengan la seguridad que Si los criminales del trujillismo y los 12 años siguientes  hubieran pagado por sus crímenes, este país no fuera lo que es hoy. Un paraíso de impunidad, crímenes y corrupción.

Tengan la seguridad de que si los corruptos, de las diversas épocas hubieran pagados por sus robos este país no tuvieran la amenaza de convertirse en el teatro de operaciones de las mafias de corruptos y narcotraficantes hacia el que avanza a pasos agigantados.

Pero los pactos de impunidad, de borrón y cuenta nueva no han llevado por la senda perversa de los que no temen rendir cuentas porque no hay justicia que con valor y decisión para actuar sobre ellos.

Tengan la seguridad, que  Si no actuamos y paramos ahora, la impunidad, la corrupción, el narcotráfico, las mafias  y el crimen organizado anidan sobre el mismo eje del mal, entonces , muy pronto estaremos frente al espejo de la sociedad mexicana. Y cuando lleguemos ahí, nadie estará seguro sin importar su preeminencia social, política  o política.

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El medio social dominicano contamina hasta la amistad I

Por: Ramón Antonio Veras.

Dedico este escrito a mis puros amigos y amigas.

I.- Una explicación previa

1.- Mi formación personal con relación  a la amistad  la cultivé en mi niñez y juventud;  sin imperfección,  ni  mácula; la limpieza estaba en nuestra conciencia y la expresábamos en el trato sin mancha, franco, sincero y leal. Entre nosotros, los amigos y amigas de ayer, no se conocía  la mentira, el engaño; ni la  celada para  traicionar,  la emboscada para culminar ni la acechanza traidora.

2.- Me formé en una comunidad de amigas y amigos que nos tratábamos con  relaciones de afectiva  hermandad; el hermanazgo nos unía con afinidad; compenetración que no tenía limitación  alguna; cada uno generaba simpatía  hacia los otros; la camaradería fue la expresión  del querer mutuo que se anidó siempre en  nuestros corazones.

3.- En el contexto  de la narración anterior tiene el origen  mi actitud en torno a la amistad, y no  la percibo  de otra manera; mis convicciones están  construidas sobre el  trato mutuo, la reciprocidad compartida, en la correspondencia ligada por el afecto y la franqueza.

II.-  Motivación de este escrito  

4.- He sido impulsado a elaborar este escrito porque me ha llamado a preocupación el hecho de que personas que tenemos el mismo origen social y nos conocemos desde hace muuuuuchos  años,  desde niños, o nos desarrollamos juntos, ahora resulta que, al parecer, se han dejado contaminar por los vicios de la sociedad  actual que muy poco valora la amistad, y  para quien el afecto tiene, en algunos segmentos, un componente económico.

5.- Aunque el  estado de descomposición  que predomina en la sociedad dominicana de hoy es tan fuerte que quiebra hasta el acero, me  resisto a creer que un amigo o amiga de mi generación se deje resquebrajar su conciencia, su forma de proceder, por los vicios que genera este medio social  achacoso.

6.- A mis amistades de ayer,  les tengo   un espacio especial en mi corazón, pero esta distinción  no me impide comprobar la realidad de hoy;   sé que  el sistema que predomina  en mi país  debilita hasta las voluntades más  férreas,  y  las convicciones  más finamente cultivadas. Pero la amistad  adquirida en el fragor  de la vida diaria, una amistad de antaño, no puede caer en la fragilidad.

7.- La camaradería de antes  era encantadora, la  simpatía se advertía en el trato, primaba la cordialidad; manteníamos   comunicaciones gozosas,  celebramos las cosas más baladíes, no se percibía  ningún  recelo;   la confianza nos unificaba, la entrega mutua nos identificaba sin temor ni sospecha. Desconocíamos la malicia.

8.- Conocí la dedicación al amigo, la plena confianza,  la creencia en la palabra proveniente de él;  me daba seguridad su persona;  la esperanza firme para creer  en lo que  me decía me generaba tranquilidad; no había espacio  para la desconfianza, la duda ni el titubeo de creer en lo que me decía.

9.- Una amistad que nace en la niñez, la comunicación diaria en el barrio,  en la escuela primaria e intermedia, y  se extiende hasta la adultez,  está libre de incertidumbre; no hay lugar al titubeo en la conversación ni vacilación  en la entrega  a confiar el secreto; la decisión  es en firme, sin nada  de cuestionamiento; no se objeta ni se debate  lo que dice el amigo verdadero.

A los 58 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi

Por: Ramón Antonio Veras.

1.- Todo aquel que decide ser padre debe saber la responsabilidad que asume y estar preparado para enfrentar cualquier dificultad que se pueda presentar en el seno familiar; las contrariedades son imprevisibles, y  si llegan hay que actuar  en consecuencia.

2.- La sociedad dominicana está viviendo una etapa sumamente difícil porque la  vida de las  personas está  a merced del capricho de cualquier desaprensivo que, disponiendo de amplios recursos económicos,  pueda  pagar  el precio solicitado por los sicarios. Así ocurrió con el caso de mi hijo Jordi, contra quien Adriano Román pagó la tarifa a la asociación de criminales que organizó su fallido asesinato.  En este caso específico  en mi condición de padre he procedido cumpliendo con la misión que debo asumir como su progenitor.

3.- El encargo que me ha tocado ejecutar ante la acción criminal contra Jordi, ha sido sumamente difícil, no solamente porque actúo anímicamente en estado de permanente aflicción,  sino porque  en el curso de la investigación judicial y policial, así como  durante el juicio, he  soportado toda clase de contrariedades por las barreras que me  he encontrado por lo entronizado del caso.

4.- He  procedido  en el caso de mi hijo Jordi, a costa de mi  salud y seguridad personal,  pero no me lamento porque la responsabilidad como padre me obliga a actuar sin importar lo engorroso que es el asunto; lo penoso del operativo criminal contra mi hijo  no me libera de la obligación  de darle seguimiento al expediente hasta el final.

5.- Precisamente hoy se cumplen  cincuenta y ocho (58) meses del acto ejecutado el 2 de junio de 2010 contra Jordi  y, no obstante las angustias  que he tenido que pasar, me mantengo en tensión convencido que mi deber como padre es seguir adelante, sin importar lo lastimoso del proceso; sin desmayar un instante, sin desánimo,  hasta que  se dicte una sentencia con carácter definitivo e irrevocable. Mi compromiso como padre no tiene límites.

Santiago de los Caballeros,

2 de abril de 2015.