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lunes, 3 de noviembre de 2014

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales






Capítulo IX (primera parte)

Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria.

En el año 1967 recibí el título de doctor en Derecho en la UASD. De inmediato me trasladé a Santiago y comencé a ejercer la profesión en la oficina del licenciado Francisco Porfirio Veras (a) Don Lilo, quien me aceptó en su bufete con mucho cariño, respeto, consideración y sin ningún prejuicio político.  Muchas personas tenían la creencia de que todavía yo era militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), lo que no era cierto, ya que me había desligado, como miembro desde el año 1966, aunque mantenía excelentes relaciones con todos sus miembros y dirigentes más destacados.

Mi investidura como abogado había sido antecedida por la llegada al poder del doctor Joaquín Balaguer en el año 1966. No voy hacer un análisis de lo que fue el régimen de los doce años del doctor Balaguer, aunque sí hay que destacar que fue represivo, intolerante y despiadado con sus adversarios políticos.

Aunque ya en 1967 no tenía militancia partidaria, me sentía totalmente identificado con los que hacían oposición al Gobierno. Los métodos de lucha que aplicaba tanto la oposición como el Estado, fueron los más diversos, violentos, pacíficos e ideológicos. La lucha política fue áspera, fuerte, agresiva, grosera, rigurosa, cruda, rígida, brusca; el país vivía una coyuntura política ruda en la cual cada sector se consideraba dueño de la verdad absoluta y con derecho a destruir a su adversario.

En ese escabroso, tortuoso y difícil medio social comencé mi oficio de abogado. Las circunstancias me llevaron a ligar mi profesión con mis convicciones políticas e ideológicas, a las cuales no podía renunciar, como tampoco a la profesión de la cual vivíamos mi familia y yo. Por tanto, como abogado, tenía que andar con el birrete y la toga debajo del brazo  para vestirme en cualquier momento, sin importar quién fuera el acusado o el lugar del país donde había sido apresado.

Desde que llegué a Santiago mis servicios profesionales estuvieron a disposición de todo aquel que se sintiera perseguido o llegara a caer en manos de los organismos represivos del Estado. Muchas veces compartí lágrimas con madres que me visitaban y traían en sus manos el pantalón o la camisa ensangrentada que su hijo le había hecho llegar desde una celda de la Policía y como muestra de las torturas que le estaban aplicando. Fui testigo de cuadros repugnantes que revelaban los tormentos a que eran sometidos los detenidos políticos en el Servicio Secreto para obligarlos a confesar hechos en  los que no habían participado y de los cuales los investigadores policiales querían que se hicieran responsables.

He dado la explicación anterior para que conste que en todo momento estuve consciente de los riesgos que corría al asumir la defensa en estrados de personas que, aunque con expedientes por delitos comunes, en el fondo sus detenciones tenían un tinte político. Además, las acusaciones eran hechas por la policía de Balaguer y, en su generalidad, los fiscales y jueces también se identificaban con la política balaguerista. Había que aceptar el reto porque, una de dos: me limitaba a ejercer mi profesión pura y simplemente, o involucraba mi ejercicio de abogado identificándome con los que se oponían al doctor Balaguer y a su forma de gobernar. Opté por lo último.

 He aquí uno de los tantos casos de los cuales asumí la defensa de los acusados y pagué con la prisión.

El día 22 de agosto de 1970 ocurrió un hecho en la ciudad de Santiago de los Caballeros que, por su naturaleza criminal y por la víctima, llenó de indignación a todo el pueblo dominicano, y en particular a la comunidad santiaguense. En un reporte del comunicador social Junio Lora para el periódico El Caribe, del 24 de agosto de 1970, se reseña el caso así:

Un capitán de la Policía es asesinado a balazos

De un tiro por la espalda fue muerto el sábado último en la noche, un capitán de la Policía atacado por tres hombres hasta ahora desconocidos, a poca distancia de su residencia.

El oficial asesinado es Salvador Vinicio Polanco Fernández, quien desempeñaba el cargo de ayudante del consultor jurídico de la Policía con asiento en La Vega. El hecho ocurrió en la calle Capotillo, a las 9:50, mientras Polanco se dirigía a su residencia, marcada con el número 120 de esa misma calle en esta ciudad. Polanco cayó abatido frente a la casa 114 –a sólo diez metros de su residencia– al regresar de una farmacia propiedad de su esposa Estela Ángeles de Polanco, situada en la esquina suroeste de las calles Capotillo e Independencia, a unos 50 metros de su hogar. Los vecinos del lugar donde ocurrió la tragedia manifestaron que se oyeron tres disparos realizados por tres desconocidos que huyeron de inmediato. En el lugar donde ocurrió el hecho fueron encontrados por la policía tres casquillos de pistola [calibre] 45 y la bala que presumiblemente segó la vida del oficial, atravesándole el corazón. Se informó que los victimarios de Polanco le sustrajeron una pistola [calibre] 45 que portaba. El oficial vestía de civil. En el lugar no se pudo obtenerse una versión clara de lo ocurrido, a causa de que al ser victimado Polanco, los vecinos cerraron las puertas de sus respectivas casas. Fue sólo cuando llegó la policía que el cadáver de Polanco fue levantado del lugar donde yacía por miembros de la institución y familiares de la víctima. A la hora de su muerte, el capitán y doctor en leyes contaba con 38 años. Era persona muy estimada aquí. Con la muerte de Polanco queda en la orfandad una niña de tres años, Odette, procreada con su esposa Estela. 
Por otro lado, el coronel Eligio Bisonó Jackson, jefe de la dotación policial aquí, señaló que «el crimen no quedará impune». El citado oficial insinuó a este reportero que hay detenidos en torno al caso. Fuentes particulares indican que hay veinte personas detenidas, la mayoría residentes en el vecindario donde ocurrió el hecho. Se pudo comprobar el aprecio y la popularidad de que gozaba la víctima, por la gran asistencia de civiles al lugar del mortuorio.
Luego, el 8 de septiembre, la Policía Nacional en Santiago hizo el siguiente sometimiento:

República Dominicana
Policía Nacional
Santiago de los Caballeros, R. D.
8 de septiembre de 1970
Detenidos
Número 6123
E.C.H.
Del: Aux. Consultor Jurídico Depto. Norte.
Al: Magistrado Procurador Fiscal Ciudad.

Sometimiento judicial a cargo de los nombrados José López (a) El Che, Ramón  Fernández (a) Vargas Vila o Momoncito,  Leoncio Valerio, Darío Peña, José Serrata, Andrés Ortiz Cruz (a) El Chino y José Antonio Ventura Rodríguez (a) El Haitianito, como presuntos autores de homicidio voluntario armados de una pistola, y robo de una pistola marca Colt, calibre 45, número 236320, cometido de noche, por más de dos personas, en perjuicio de quien en vida respondió al nombre de Capitán doctor Salvador Vinicio Polanco Fernández, P.N. Violación a los  artículos 295, 304, 379 y 385 del C. P.)

Anexos

A) Un acta relativa al asunto.
B) Un certificado médico legal.
C) Un interrogatorio hecho al nombrado José López (a) El Che y D), dos (2) certificaciones de las pruebas de la parafina practicada a los nombrados José Antonio López, Paulino y Darío Peña Fernández.

Ante la prisión de los imputados, sus familiares me pidieron que gratuitamente les asistiera como abogado. Luego de investigaciones que hice, comprobé que ninguno de los jóvenes acusados por la Policía Nacional había participado en el crimen que se les imputaba.

Para darle visos de legalidad al sometimiento, la Policía acompañó el expediente de una acta de allanamiento que había levantado el procurador fiscal de Santiago, doctor Domingo Gustavo Féliz Carvajal, en la cual hacía constar que en la casa del principal acusado, José Antonio López (a) El Che, había aparecido la pistola que portaba el capitán la noche cuando fue asesinado.

Continuará la semana próxima



domingo, 2 de noviembre de 2014

A los 53 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi.






Por: Ramón Antonio Veras

1.- En una sociedad en la cual predomina un modelo económico infuncional con estructuras rígidas, los fenómenos sociales nocivos, como la criminalidad, hacen acto de presencia y llegan a lesionar a personas que no tienen, ni por asomo, vinculación con el delito.

2.- El crimen organizado en la modalidad de sicariato llegó a accionar contra  mi hijo Jordi,  el 2 de junio de 2010,  por  el  estado de descomposición en que se encuentra el medio social dominicano, caracterizado por factores económicos y sociales que hacen posible la criminalidad en sus diferentes vertientes.

3.- El comportamiento del grupo que se asoció para matar a mi hijo, es la fiel expresión de entes sociales que hacen del crimen por encargo una actividad normal, un hábito. Adriano Román, quien pagó para eliminar físicamente a Jordi, tiene más de un expediente por acciones de sicariato.

4.- Porque la ley es el instrumento de que dispone una sociedad civilizada para enfrentar a los antisociales, y la justicia el órgano que ha de servir para aliviar parte del dolor causado a la víctima   por la voluntad del delincuente, esa ha sido la vía que hemos escogido para enfrentar a los que procuraron asesinar a Jordi.

5.- Mi hijo Jordi, al igual que toda su familia, ha confiado en que la justicia dominicana no se dejará vencer por el  crimen organizado, simbolizado hoy en forma objetiva en Adriano Román  y sus aliados, responsables  de  la tentativa de asesinato  contra mi hijo, de cuyo hecho se cumplen hoy 53 meses.

6.- Nuestra familia, desde el mismo día de la acción criminal, ha tenido que soportar el profundo dolor   que ha representado ese hecho, y Jordi lleva en su cuerpo lesiones permanentes como viva expresión   de lo que en nuestro país es el crimen por encargo.

7.- El tiempo transcurrido no nos ha impedido mantenernos en tensión dándole seguimiento a todo el curso del proceso, desde la investigación policial y judicial hasta la sentencia dictada en primer grado contra la asociación de malhechores que atentó contra Jordi.

8.- Ahora, cuando los asociados en la tentativa de crimen contra Jordi han interpuesto recurso de apelación contra la sentencia de primera instancia que les condenó, continuamos firmes, con más fe, a la espera de que la justicia continuará manteniendo su imperio contra el crimen organizado en la modalidad de sicariato.

Santiago de los Caballeros,
2 de noviembre de 2014.

  

sábado, 1 de noviembre de 2014

Movimiento de Esperanza Social Acusa al Senador de Santiago de irrespetar la dirigencia de Santiago Oeste.


El movimiento de Esperanza Social acuso al Senador por la Provincia Santiago de irrespetar a la dirigencia del municipio Santiago Oeste al tildarle de chantajistas y manipuladores y decir que las peticiones de Santiago oeste son penosas.

En el reclamo que se hace desde Santiago Oeste para que se apruebe este municipio solo se pide que se aplica el derecho establecido por la constitución y la ley de municipio, por lo que es una desconsideración de parte del señor Valentín ofender  con sus palabras a los hombres y mujeres que hace muchos años luchan para el Oeste de Santiago administre los recursos que le corresponden y no reciben.

Con esas palabras el Senador Valentín busca descalificar al equipo del comité Santiago oeste para no tener que cumplir con un pueblo que su único pecado es sufrir el abandono del ayuntamiento que no recoge la basura, no organiza el transito, no cuida el ornato, no arregla calles ni construye las obras que debe construir.

El movimiento de Esperanza Social rechaza las palabras del Senador Valentín y  anuncia al país y al mundo que seguirá firme junto a los demás partidos políticos apoyando la creación del Municipio Santiago Oeste por entenderlo de justicia para toda la población de Cienfuegos y otras 60 comunidades olvidadas y sufridas.

El calificativo pronunciado por el Doctor Valentín constituye un irrespeto a los partidos políticos, a los líderes de iglesia católica, de iglesia evangélica, dirigentes de organizaciones comunitarias, líderes empresariales, profesionales y estudiantes que apoyan esta justa  causa.


Hacemos un llamado a Julio Cesar Valentín poner sus oídos en el corazón del pueblo de Santiago Oeste,  que en este momento le llama a cumplir con su rol de legislador y asumir en el Senado de la República Dominicana el proyecto de ley  que crea en Municipio del Oeste de Santiago. Que es un excelente oportunidad de demostrar que piensa en el pueblo, y el  desarrollo equilibrado. 

Cámara de Comercio y Producción de La Vega y Conep analizan panorama económico y empresarial para 2023

La Vega. La Cámara de Comercio y Producción de La Vega y el Consejo Nacional de Empresas Privadas (Conep) ven como esperanzador y optimista ...