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martes, 26 de diciembre de 2017

Ataques personales no generan lucha social


 
 




Por: Ramón Antonio Veras.
 
I.- Algunas dificultades de pensar libremente
 
1.- Algunas personas, a lo mejor, no se dan cuenta lo difícil que resulta pensar libremente en un medio social en el cual muchos quieren imponer la forma como deben actuar los demás; la libertad esté condicionada al capricho y antojo de quien se considera portador de poderes divinos que lo han escogido como prodigioso, y a quien no se está permitido cuestionar.
 
2.- Expresar una opinión diferente a la que sostienen aquellos que se creen pontífices, es un sacrilegio, una violación a la verdad absoluta de quienes se creen merecedores de ser calificados incontestables en los juicios que emiten porque tienen el monopolio de la veracidad.
 
3.- Aquel que quiere comportarse como pensador sincero, mantenerse fiel a sus ideas, no se siente satisfactorio cuando debe ajustarse a lo que otro cree que es lo que debe exteriorizar, comunicar por escrito o de viva voz. Es mejor callar, reservarse lo que se quiere decir, antes que revelar el pensamiento presionado, condicionado; que se vea que está arrinconado, que responde a sumisión.
 
4.- Actuar con libertad entraña comportarse con franqueza, desenvolverse respondiendo a lo que le dicta la conciencia, sin más sujeción que las que resultan de las leyes, las buenas costumbres y la consideración que merecen los demás miembros de la comunidad. Ejercer la libertad no es lo mismo que el libertinaje, la  que bien disfrutan aquellos que se sienten a gusto ejecutando todas clases de excesos.
 
 5.- En nuestro país, muchos de los que escribimos y accionamos en la política, llegamos a esta por convicción, y la ejercemos como una actividad noble, honrosa y digna, por medio de la cual procuramos materializar las ideas que con tanto amor abrazamos desde la pubertad, y  a las que no renunciaremos ni traicionaremos jamás,  porque queremos permanecer honrándolas limpiamente.
 
6.- Exponer el pensamiento por medio de la palabra escrita solo tiene sentido cuando lo hacemos con la finalidad de cumplir una función social, no así para satisfacer prejuicios, resentimientos y herir conductas. Es contrario al buen uso del intelecto manifestarse despreciando, deshonrando y perversamente lesionando, o de cualquier forma envileciendo.
 
7.- Hacer uso de términos hirientes para lanzar críticas de contenido político revela que quien los utiliza no es más que un limitado mental en lo que a política de altura se refiere, llegando a convertirse en un impertinente e insolente. Es muy propio del desvergonzado ganar espacio social con sus atrevimientos, sinvergüencerías e impudicias, las que muy bien dejan ver su ausencia de escrúpulos.
 
8.- Todo aquel que recurre a los ataques políticos con ribetes personales se expone a recibir respuestas no esperadas ni deseadas, porque quien se siente lesionado en su persona, honor y consideración se cree con derecho de contestarle a su atacante con las mismas armas, y a lo mejor peores. De ahí que es muy delicado caer en la diatriba; la censura politiquera y artera.
 
9.- Las consecuencias de los daños causados con la calificación que genera aflicción son impredecibles, porque van a depender del temperamento de quien se considera ofendido. Los resultados, el desenlace que trae la imputación, el enjuiciamiento mediante la palabra ofensiva, pueden quedarse en la discusión o al enfrentamiento, a la confrontación acalorada matizada por la exasperación y el enojo. 
 
II.- Censurar el sistema con palabras  respetuosas
 
10.- No resulta difícil aportar a la lucha contra un sistema social injusto, y procurar lograr la instauración de uno diferente que satisfaga las aspiraciones más sentidas de las grandes mayorías nacionales. Las lacras sociales son de identificación fácil,  y para señalarlas existen cientos de palabras que pueden ser comprendidas por aquellos a quienes queremos orientar con lo que predicamos, por lo que no hay necesidad de rebuscar expresiones para lanzarlas contra aquellos que se identifican con el ordenamiento vigente generador de las tachas que combatimos.
 
11.- Si lo que perseguimos es contribuir por medio de la palabra oral o escrita para cambiar la realidad actual, que está preñada de iniquidades, tenemos la posibilidad de hacerlo sin limitación, y ninguna persona pude considerarse ofendida. Señalar que el sistema actual genera hambre, miseria, desempleo, insalubridad, marginación y corrupción, no afecta, ni pueden sentirse atacados personalmente los defensores del statu quo.
 
12.- Si nos asiste la razón y estamos convencidos plenamente de que es inexorable el hundimiento del sistema, basta con darle riendas sueltas a la inteligencia, ejercitar el pensamiento y con lucidez y elegancia sacar de nuestra garganta razonamientos que sean asimilados por los destinatarios que buscamos convencer mediante discursos acertados y atendibles, ausentes de sofismas y contrasentidos.
 
13.- Al adversario político no hay que acorralarlo mediante el insulto, la diatriba y la injuria, sino demostrándole con lenguaje depurado que está equivocado; que la posición que sostiene es absurda y su causa no tiene base de sustentación.
 
14.- El debate político de altura, aquel que se desarrolla en los marcos de la decencia y el proceder respetuoso, necesita  del  contendiente que exhiba consistencia ideológica y facilidad de exposición. El que hace de rival en el fragor político, debe estar consciente de que la discusión no es para maquinar ni trapisondear, sino dilucidar para saber de qué lado está la razón.
 
15.- En nuestro medio está probada la poca profundidad en el dominio del lenguaje para polemizar, lo que motiva que con frecuencia se recurra a lo personal, evidenciando la escasez de formación y estructuración ideológica. A falta de preparación política se busca desesperar y exasperar al contrincante sacándolo de casilla, llevándolo al terreno que conviene al patán.
 
16.- Aunque muchas personas talentosas intervienen en el quehacer político, llama la atención el hecho de que es muy poco lo que en nuestro país se ha avanzado en lo que se refiere a la crítica política civilizada. Lamentablemente se ha perdido más tiempo en la politiquería de baja estofa, que en demostrar la calidad humana, el desprendimiento y el  sentido de incidir en política con el fin de construir un mejor país.
 
17.- Aquí se está dando el caso que individuos con una inteligencia fuera de serie, utilizan su talento para participar en el debate político haciéndose los graciosos, bromistas y sandungueros en base a estigmatizar a personas, desconociendo que con semejante proceder no contribuyen a la lucha por los cambios sociales que es la que da valor a la participación política.
 
18.- El luchador social que hace labor de orientación por medio de sus escritos en órganos de difusión masivos, no puede desconocer que su trabajo debe estar orientado a instruir, no a destruir honras. El accionar político basado en preparar y disciplinar no puede caer en el proceder pervertidor e insolente.
 
19.- Redactar mensajes para que sean asimilados por mujeres y hombres del pueblo con sensibilidad, interesados en construir un orden social, económico, ético y moral, ha de ser la misión de quienes no están prejuiciados, condicionados para escribir con inquina, odio y prejuicios. El que está educado para dañar la honra ajena por medio de la escritura, no es merecedor de ser tomado en cuenta en lo que expone, porque en lugar de encarrilar y enderezar, lo que hace es descarriar y desaconsejar.
 
20.- Al poner el cerebro y las manos en función debemos hacerlo para mejorar, arreglar o renovar, no para desarreglar, descomponer y retroceder. La inteligencia y la escritura hay que unificarlas para enriquecer y engrandecer el país, no para mantenerlo aniquilado y en crisis permanente. La mejoría se alcanza con  el trabajo estimulado por aquellos que confían en que la prosperidad nunca ha sido obra de quienes solo saben generar tristeza, pesimismo y pesadumbre.
 
21.- Conviene hacer caso omiso a los que usan su tiempo haciendo mal uso de los medios para hacer mención de ciudadanos y ciudadanas decentes y de honradez probada, poniéndoles motes degradantes; apodos hirientes; alias llenos de tirria, procurando mortificarlos, en fin, flagelarlos hasta llegar a enjuiciarlos, ponerlos en condición de ser condenados por la opinión pública, antes de ser  juzgados por los tribunales.
 
22.- Aquí se está necesitando una especie de profilaxis en el lenguaje que se utiliza para dirimir las diferencias políticas; una enjuagadura mental y un aseo en la escritura; un laboratorio de los términos empleados en las polémicas, porque solo así se podría lograr eliminar la suciedad en las conversaciones.
 
23.- Las diferencias en las opiniones no deben solucionarse recurriendo a infectar al contrario; lacerándolo por medio de la injuria; estropeándolo con la calificación afrentosa; la crítica mordaz; lastimándolo con murmuraciones utilizando la lengua como látigo implacable y venenoso.
 
24.- Si por medio de la escritura o la elocuencia tratamos de convencer para con elegancia conquistar, lo que procede es fascinar a quienes enviamos nuestros mensajes, pero nunca contradecir con ofensas a quienes no logramos imbuir, o de cualquier manera inspirar. El convencimiento es fruto de la persuasión lograda con la argumentación, el análisis correctamente fundamentado. La expresividad sincera y respetuosa hace posible que la dialéctica nuestra se imponga en forma seductora y con eficacia, sin nada de pesadez odiosa.
 
25.- Se hace necesario sacar del ambiente la diatriba que tanto daño hace al accionar político que deseamos tenga estampa de limpieza. Se impone imprimir las ideas renovadoras que tenemos atesoradas, fruto del largo batallar por alcanzar un feliz destino para nuestro país. Lo que conviene es que nuestro pensamiento penetre voluntariamente en la mente de quienes aspiran a disfrutar de un medio acogedor en lo material y espiritual, para así acercarnos al progreso que aspiramos, necesitamos y merecemos.
 
26.- Si hemos planteado y difundido, porque así es y lo creemos, que las ideas liberadoras no necesitan de la mentira ni de la violencia para triunfar, debemos demostrar que estamos en condiciones favorables para derrotar, aislar, hacer desechar a los que con un lenguaje soez y una escritura ponzoñosa quieren confundir, desorientar y desconcertar a personas sanas dominadas por ingenuidad y espontaneísmo.
 
27.- El diario vivir es lo que más enseña. Ejercer la política con sentido social nos convierte en ejecutantes por los mejores intereses del país, a la vez que honramos las ideas que hemos abrazados con sinceridad y disposición.
 
28.- Solamente quienes confían en que el pueblo movilizado es dueño de su destino, hacen de la política un ejercicio honesto, consecuente y libre de resentimientos. Las masas populares no requieren para vencer de inmoralidad, perversidad, canalladas, ni de actores mentalmente corrompidos. El ataque personal hay que eliminarlo en el debate político del país.
 
29.- Ha de ser una gran aspiración de hombres y mujeres decentes del país, que la actividad política sea ejercitada con altura para que en ella solo participen quienes crean en principios,  y no moverse por simples apetencias personales.
 
 

sábado, 23 de diciembre de 2017

Ramon Antonio Veras: Mi vida al cumplir 79 años de edad


 






Por: Ramón Antonio Veras.
 
I.- Mi vida: un laberinto
 
1.- El próximo lunes 25 de diciembre, cumplo setenta y nueve (79). Mi progenitora no me trajo al mundo como un ser predestinado para ser bueno o malo; un santo o un demonio, ni para llevar una vida placentera o llena de dificultades. Lo que salió del vientre de mamá nadie podía vaticinar lo que llegaría a ser durante su pervivencia.
 
2.- Aunque mamá no podía adivinar lo que sería su niño en el curso de su existencia, de seguro que añoraba para él una vida fácil, cómoda, soportable en el más amplio sentido de la palabra; sin tropiezos de ninguna clase. Lo que una madre quiere para sus hijos es digno de alabanza, pero no siempre se materializan los deseos por muy encomiables que sean.
 
3.- Por el trato amoroso que siempre recibí de mi madre, sé que quiso lo mejor para mí, y que su mayor aspiración fue que mi vida fuera todo lo agradable posible; que nada perjudicial se cruzara en mi camino por alcanzar la felicidad. Pero por encima de los buenos deseos de mi progenitora está lo que ha sido la materialización en que he tenido que moverme en condiciones desventajosas y favorables.
 
4.- La mía ha sido una vida como una línea quebrada. No escogí la forma como se desarrollaría mi existencia; el medio donde nací y me he desenvuelto ha ejercido influencia en mí trajinar. Los hechos me han mantenido de acá para allá, moviéndome de un lado a otro. Las circunstancias me han zarandeado; zangoteándome, sacudiéndome como una tela cualquiera; imponiéndome estar sosegado o exasperado.
 
5.- En el diario vivir me he formado tratándome con personas inteligentes; de ojo clínico; llenas de sagacidad y fina penetración, pero también observando a las ingenuas, estúpidas y simples. He aprendido a no estar fuera de la realidad, para no ser sorprendido y quedar con la boca abierta; trato de conservarme esquivo para que no me tomen desprevenido.
 
6.- He tenido que aprender a lidiar a seres humanos de las más diversas ubicaciones clasistas y conductas. La vida en sociedad no puede verse estática porque las personas tienen diferentes formas de manifestarse, y para convivir con ellas no se puede ser dogmático para no caer en inflexibilidad, intolerante y fanático.
 
7.- Mi estructura mental no está diseñada para manifestarme conforme con lo que la conciencia me manda a disentir. La aprobación ciega no está en mí, porque la resignación la veo como la entrega a la voluntad de quien pretende erigirse en orientador de los conformistas, de aquellos que se mantienen contentos, coincidiendo sin saber por qué, aunque en el fondo están insatisfechos con lo que han consensuado.
II.- Una existencia de tensión y sosiego
 
8.- He tenido una vida llena de intensidad y de debilitamiento, alegría y tristeza, disfrute y padecimiento, entusiasmo y desánimo; de ejercicio pleno de mis libertades y de encierros carcelarios. En ocasiones sintiendo manifestaciones de amor, y por momentos gestos de odio; en etapas padeciendo hambre, y en otros períodos saciado de abundantes alimentos.
 
9.- En mi niñez pasé situaciones de disgusto porque me vi obligado a dormir en un catre; en mi juventud enfadado porque guardando prisión me impusieron reposar desnudo en el piso frio de una solitaria. Pero en mi adultez me he sentido muy cómodo al poner a descansar mi cuerpo en confortables camas ubicadas en los mejores hoteles y castillos de los distintos continentes.
 
10.- Con saña he sido física y moralmente lastimado, difamado, agraviado, altamente ofendido por personas desaprensivas que con sus acciones han procurado dañarme. Pero también he sido elogiado, enaltecido por entes sociales que han valorado mis actuaciones en el medio donde he incidido como ciudadano.
 
11.- Sé lo que es vivir en una choza, como también en una lujosa residencia de tres niveles, construida con los materiales más finos del momento. De igual manera, me he bañado en lebrillos a la intemperie, como también en lujosas piscinas ubicadas en lugares exclusivos de hermosas mansiones.
 
12.- Personas cálidas, por mi cuerpo han deslizado sus manos con suavidad,  por lo que me he sentido acariciado y lleno de cariño; pero en otros momentos he sufrido el golpe áspero; rudamente atacado; herido con furia; tratado a patada, pisoteado hasta llegar a tener mi vida al borde de la muerte.
 
13.- En mi niñez no supe lo que fue vestirme con ropa nueva, porque siempre me la puse de medio uso; pero en mi adultez he cubierto mi cuerpo con prendas de vestir hechas a mi gusto; de colores de mi predilección y a la última moda. He disfrutado estar ataviado con paños fabricados especialmente para mi gusto.
 
14.- Por las mismas calles de mi ciudad natal que ayer me moví a pie, descalzo vendiendo periódicos y haciendo de lustrador de zapatos, hoy circulo en mi elegante vehículo adquirido con recursos económicos obtenidos en forma licita.
 
15.- Me he tratado con personas íntegras, pero también he departido con deshonestas. He sentido agrado al conocer a individuos de buen corazón, que generan bondad, pero he maldecido el momento cuando me comuniqué por primera vez con aquellos que su presencia demuestra malignidad.
 
16.- He tenido la dicha de tener a mi lado amigas y amigos que simbolizan lealtad, franqueza, honradez y absoluta fidelidad, pero también he sufrido la infelicidad por haber establecido relaciones de amistad con desleales, traidores, innobles, ejemplos vivos de la falsía, la simulación y total doblez.
 
17.- Con mis hijos he tratado de mantener relaciones afectivas, cordiales y respetuosas, pero he tenido diferencias con aquel que ha pretendido imponerme sus designios y prejuicios. No sé combinar el cariño con el irrespeto hacia mí.
 
18.- De todo corazón he puesto mis sentimientos, depositado mis afectos amorosos en mujeres que me han llenado de felicidad, demostrándome auténtico, profundo querer y un trato exquisito. Pero con todo pesar confieso que he entregado amor, franca devoción a féminas que nunca debí de haber conocido y mucho menos dispensarles cariño. No he sido mujeriego, ni me he creído un playboy. Siempre he tratado de respetar los sentimientos de las que me han demostrado amor sincero.
 
19.- En el ejercicio de la profesión de abogado he postulado ante magistrados probos, y litigado frente a colegas honestos, aunque también he expuesto a jueces venales y he tenido como adversarios a abogadas y abogados corrompidos. Trabajar en la abogacía me ha hecho vivir momentos de alegría, pero también de pesares, tormentosos y angustiosos. Comencé mi ocupación cargado de ilusiones, con mucho entusiasmo, pero he terminado desencantado, más por el medio social que por la actividad en sí.
 
20.- Creo que el buen abogado no es aquel que pone sus conocimientos del derecho para timar; quitar lo de otro con malas artes y dar gato por liebre. El engañabobos no tiene nada de letrado, nunca será jurista, y a lo sumo llega a granuja, a ser modelo de rufián. Lamentablemente, con muchos de estos embaucadores me ha correspondido bregar en los últimos años de ejercicio.
 
III.- En política sin queja
 
21.- Por el trajinar político que he llevado desde muy joven, de lo que ha sido mi vida no tengo nada de qué quejarme. No puedo, en lo absoluto, estar refunfuñando, echando pestes ni darme por lastimado. No me cuadra vivir poniendo el grito al cielo por las consecuencias adversas que me han generado mis actividades en el accionar político y social.
 
22.- En lugar de permanecer contrariado, insatisfecho, dándome por ofendido, me conservo contento, sin disgustos de ninguna clase. He procedido en la brega política con el pleno convencimiento de que aquel que abraza con sinceridad y seriedad la lucha por los cambios políticos y sociales, debe aceptar los resultados sin importar que sean los peores. Estar de querelloso y lamentoso no es propio de quien hace de sus convicciones una doctrina armónica.
 
23.- En el curso de mi existencia he actuado en procura de obtener provecho para la sociedad porque entiendo que obrar para beneficio de la comunidad entraña realizar para el bien común. La práctica de hacer lo que es de utilidad se traduce en beneficioso para lo que en verdad se llama pueblo, por lo que producir, crear y formar, es eficaz en la medida que tiene sentido y componente social.
 
24.- Solamente me siento útil cuando convierto mi dinamismo en ajetreos que traduce mi esfuerzo en un producto de alcance humanista. Es válido como ser humano el que desarrolla, motiva, origina, suscita en el medio donde vive que las personas se preocupen por los cambios en el orden económico, político y social, a los fines de crear un nuevo orden que haga el ambiente acogedor en lo ético y moral.
 
25.- Durante toda mi vida lo que he hecho o dejado de hacer ha sido fruto de mì libérrima voluntad. Al ejecutar procedo con absoluta complacencia. No estoy formado para actuar bajo disgusto. Mucho menos acciono con titubeos, impulsado por la vacilación, duda o indecisión. Me siento bien poniéndome en acción sin que en mí prime la dubitación. Hacer las cosas por decisión es para mí sentirme un hombre libre de reacciones caprichosas rodeadas de veleidades.
 
26.- Luego de mi familia, la pasión de mi vida es el accionar político con sentido social. No tengo razón de existir si no es accionando por los cambios políticos y sociales que precisa mi país y otros con estructuras semejantes a las que predominan aquí.
 
27.- Activar en la política me entusiasma, emociona y me motiva fogosidad. Con vehemencia he actuado en la política desde muy corta edad y el fervor sin límite lo he conservado. La política la vivo; ella me mantiene activo, con los ánimos encendidos. No resisto estar paciente porque sentirme contemplativo me hace creer que no existo.
 
28.- En la política no he buscado maravillar, impresionar ni ser admirado. Llegué a la política como combatiente contra la injusticia, y así me he mantenido; fijando mi posición tanto en mi país como en el extranjero. No he usado la política como pasatiempo, distracción o un medio para hacer dinero y escalar socialmente.
 
29.- Abracé la política por convicción y así la he ejercido estando dentro o fuera de un partido político. El quehacer político y social no lo acepto en forma pasajera, transitoria ni como algo furtivo. Mi vida ha sido y será la política, y lo mío con ella es permanente, persistente, consistente y sin tregua, es perpetuo. Ella llegó a mí para quedarse porque está estacionada en lo más profundo de mi cerebro. Le he sido fiel a la política y a mis ideas, y así será por secula seculorum.
 
 
 
 Santiago de los Caballeros,
 23 de diciembre de 2017

viernes, 22 de diciembre de 2017

Cuba aprueba prolongar mandato de Raúl Castro




El presidente de Cuba, Raúl Castro, pronuncia un discurso durante las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento).
20171222 https://www.diariolibre.com



LA HABANA. El Parlamento cubano aprobó el jueves extender hasta el 19 de abril del 2018 la actual legislatura, que debía concluir el próximo 24 de febrero después de la celebración de unas “elecciones” generales tras las que se espera que Raúl Castro sea relevado en el cargo.
La medida, propuesta por el Consejo de Estado -máximo órgano decisorio del país-, se tomó por “la situación excepcional” provocada por el paso del huracán Irma en septiembre pasado, que dejó en la isla diez muertos y millonarios daños materiales.
La primera etapa del “proceso electoral”, los “comicios” municipales fijados para octubre, ya había sido pospuesta un mes por el mismo motivo.
De acuerdo con la Constitución cubana, una legislatura solo puede extenderse “por acuerdo de la propia Asamblea en caso de guerra o a virtud de otras circunstancias excepcionales que impidan la celebración normal de las elecciones y mientras subsistan tales circunstancias”.
Según lo aprobado este jueves por la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) en su segundo y último pleno del año y de la octava legislatura, la vigencia de las actuales asambleas provinciales del Poder Popular también se extiende, en este caso hasta el 25 de marzo, indicó un reporte de la estatal Agencia Cubana de Noticias.
Las próximas “elecciones” generales cubanas suscitan un gran interés, ya que la próxima legislatura será la primera ocasión en seis décadas que la presidencia de Cuba no estará ocupada por un mandatario apellidado Castro, tras más de 40 años de Gobierno de Fidel Castro, sucedido en 2006 y hasta la fecha por su hermano menor, Raúl.
El “proceso electoral”, que incluye la celebración sucesiva de “comicios” municipales, regionales y generales, arrancó el 26 de noviembre con la “elección” de los delegados municipales del Poder Popular (concejales), en la que participaron 7,6 millones de personas, según datos oficiales.
De cara a ese proceso municipal se había constituido la plataforma ciudadana #Otro18, que por primera vez intentó postular a candidatos independientes, aunque finalmente no lo logró.
De entre los delegados elegidos en ese primer proceso saldrá parte de los candidatos a diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) en las elecciones generales, aún sin fecha, y el nuevo Parlamento que resulte electo ratificará el 19 de abril al nuevo mandatario de Cuba.
Aunque no se ha confirmado oficialmente, se prevé que el relevo de Raúl Castro sea el actual primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel.
La ley electoral cubana establece que el presidente, junto con el vicepresidente y los restantes miembros del Consejo de Estado, se eligen a partir de una propuesta elaborada por una Comisión de Candidaturas integrada por diputados electos en los comicios generales, que es sometida a votación en el Parlamento.

Cámara de Comercio y Producción de La Vega y Conep analizan panorama económico y empresarial para 2023

La Vega. La Cámara de Comercio y Producción de La Vega y el Consejo Nacional de Empresas Privadas (Conep) ven como esperanzador y optimista ...