Mientras la alcaldía de Santiago acusa a buzos de pegar fuego, al punto de que dos personas fueron detenidas por esas acciones. El pastor Pablo Ureña lo atribuye al descuido al que es sometido el relleno sanitario o eco parque Rafey, construido en el 2010 con una inversión de 700 millones.
En el barrio Santa Lucía, levantado a escasa distancia del vertedero, es donde más personas han resultado afectadas de la piel y las vías respiratorias. Algunos han sido ingresados en el subcentro de Cienfuegos y centros de salud privados.
El cabildo reconoce que la acción de los desaprensivos, de incendiar el eco parque de Rafey, origina una gran humareda que prácticamente arropa todo el municipio, con su secuela de enfermedades y agravamiento de personas que sufren de problemas de salud, especialmente respiratorios.
