UNA VERDAD INCONTESTABLE
POR JOSÉ A. EUSEBIO GRULLÓN
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COLECCIÓN “MIS ARTÍCULOS”
Dios es absoluto. Lo absoluto es uno, y lo uno es absoluto. No se pueden sumar dos unidades para significar que son una y sólo una, de donde se deduce que el Todo no es igual a la suma de las partes, como plantea el panteísmo y la falsamente llamada ciencia. Sin embargo, en la mente de Dios estaban contenidas, con inteligencia, todas y cada una de las partes que serían luego creadas por él.
Ahora bien, estas partes salieron de otra mayor que ellas: mayor en poder, en inteligencia y existencia; por lo que se colige que el Todo es mayor que la suma de sus partes; ya que todas las partes, reunidas en una sumatoria continua, resultarían insuficientes para conformar el Todo absoluto, quien es Dios.
Si dudas esto, ¡oh! hombre vano, contéstame la siguiente pregunta y daré por terminada esta reflexión, ¿podrías tomar una espada para dividir tu cuerpo y luego seguir siendo hombre cien por ciento? Lo único que puedes hacer es separar, por medio de una operación quirúrgica, una parte no vital de tu cuerpo físico. Sin embargo, aunque cada una de las partes separadas de ti, por razones muy lógicas, necesitan unirse a ti para seguir viviendo, tú no necesitas de todas esas partes para conservar tu existencia terrena.
Si dudas esto, ¡oh! hombre vano, contéstame la siguiente pregunta y daré por terminada esta reflexión, ¿podrías tomar una espada para dividir tu cuerpo y luego seguir siendo hombre cien por ciento? Lo único que puedes hacer es separar, por medio de una operación quirúrgica, una parte no vital de tu cuerpo físico. Sin embargo, aunque cada una de las partes separadas de ti, por razones muy lógicas, necesitan unirse a ti para seguir viviendo, tú no necesitas de todas esas partes para conservar tu existencia terrena.
Por todas las razones expuestas anteriormente, se puede concluir diciendo que Dios, como soberano y como Dios, es único, permaneciendo su esencia como un conjunto unitario que no puede ser reemplazado ni agregado a ninguna forma de vida que él haya creado; de donde se colige que todo lo creado, excepto el pecado, tiene impresa
la marca y firma del Único y Absoluto Creador del Universo; sin que, por ello, lo que ha sido creado pudiera llegar a adquirir alguna vez la categoría de Dios. Por lo tanto, el hombre ignorante tiene la mala costumbre y el singular error de fabricar un ídolo para ponerlo en el lugar de Dios, olvidándose de que su comparación ante el Gran Trono Blanco es ineludible.
Finalmente, debo agregar que si se aceptare aunque sólo fuera por breves instantes la descabellada postura nuevaerista que afirma que Dios es todo y todo es Dios, habría la necesidad de concluir diciendo que también Satanás es Dios. Pero, ¡qué bueno que no hay otro Dios fuera de Jesucristo!
la marca y firma del Único y Absoluto Creador del Universo; sin que, por ello, lo que ha sido creado pudiera llegar a adquirir alguna vez la categoría de Dios. Por lo tanto, el hombre ignorante tiene la mala costumbre y el singular error de fabricar un ídolo para ponerlo en el lugar de Dios, olvidándose de que su comparación ante el Gran Trono Blanco es ineludible.
Finalmente, debo agregar que si se aceptare aunque sólo fuera por breves instantes la descabellada postura nuevaerista que afirma que Dios es todo y todo es Dios, habría la necesidad de concluir diciendo que también Satanás es Dios. Pero, ¡qué bueno que no hay otro Dios fuera de Jesucristo!


