Antonio Guzmán
Ignacio Guerrero
SANTIAGO.-Durante el período 1960-1980 en Santiago se destacaron importantes líderes políticos, tanto de izquierda como de derecha, que concentraron su accionar en una confrontación ideológica, pero con una solidez de confianza, al margen de su pensamiento e ideas, en el seno de la sociedad, porque pensaban más en el pueblo que en sus intereses particulares.
Hoy se recuerda con nostalgia a esas figuras, en vista de que la crisis de liderazgo, en este momento, se refleja en las acciones distantes de los principios y valores éticos; los enfrentamientos son basados en nimiedades, asuntos personales y muchos sólo piensan en sus aspiraciones y el pueblo no le importa para nada.
En aquella etapa histórica, es lo que se registra en los archivos de los medios de información, los discursos de los opositores se orientaban, de un lado, a clamar por la libertad, la justicia, respeto a los derechos humanos y por la construcción de la democracia; de otra parte, se procuraba unir a las fuerzas vivas en una plataforma programática que perseguía captar adeptos para impulsar la revolución y la liberación nacional.
Los gobiernistas, siempre reformistas con la presidencia del doctor Joaquín Balaguer, como era lógico, defendían las ejecutorias del Gobierno y enfrentaban con el poder político, económico y militar a quienes combatía al régimen, muchos dirigentes opositores fueron asesinados.
“La Situación Mundial”, noticiario que dirigía el experimentado periodista don Ramón de Luna, era el medio por donde se escuchaban las voces de los contestarios que desafiaban la persecución, la represión y todas las violaciones a las Constitución y las leyes, porque tenían un norte: consagrarse en una acción redentora, pues anhelaban la alegría y la felicidad de los dominicanos y dominicanas.
En la actualidad, en la mayoría de los casos, quienes están en la política piensan más en las posiciones electivas que en la nación, en razón de que utilizan todas las maniobras para llegar al poder y enriquecerse a cualquier precio.
La oposición
El PRD, como ha sido su historia, estaba al frente de la oposición y cada día, justo a la 1:30 p.m., la población se concentraba en escuchar a “Tribuna Democrática”, el espacio político más influyente en la radio nacional y que s transmitía por radio Comercial, porque el profesor Juan Bosch en su fase de perredeísta, y luego el doctor José Francisco Peña Gómez, orientaban a los ciudadanos para que se incorporaran a la cruzada por la democracia representativa y participativa.
En realidad, es lo que se colige, la política se aplicaba como ciencia mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje que incidía en el desarrollo del intelecto y los conocimientos; también como arte porque se recurría a la creatividad para ejecutar los proyectos elaborados.
Marcos Martínez, quien fue el diputado más joven de esa época, recuerda a los dirigentes perredeístas Frank Castillo, Ambiorix Díaz Estrella, Antonio Guzmán Fernández, Salvador Jorge Blanco, Claudio -Pepe- Cabrera. Miguel Arias Castillo, Víctor Méndez, Héctor Grullón Moronta, entre otros.
Santiago fue una plaza tan importante contra el régimen de Balaguer, esto es historia patria, que aquí se montó la producción “Siete días con el Pueblo”, en la cual actuaron los principales artistas y grupos musicales de América Latina y el Caribe que enarbolaban la canción de protesta, a pesar de que la represión estaba en niveles alarmantes.
Más aún, en el l974 con el doctor José Francisco Peña Gómez a la cabeza, exactamente en la explanada del estadio Cibao, se anunció la formación del “Acuerdo de Santiago”, coalición integrada por izquierdistas, demócratas y derechistas que asumieron el compromiso de enfrentar unidos, a Joaquín Balaguer y su poderío. No fue posible participar en las elecciones, porque el Gobierno utilizó el poder absoluto para violar la Carta Magna y todos los derechos.
La izquierda
David Onelio Espaillat (MPD-PCT), Alfredo Conde (PCD), Pedro Juan Persia (PCD), Domingo Rosario (PCD), Mario Robles (PCD), Rolando Bretón (PCD), José -El Che- López (PCD) y Lorenzo -El Sombrero Vargas (MPD) se convirtieron en las voces que colocarona la izquierda en un posicionamiento estelar, hasta el extremo que tenían igualdad de participación en los medios de comunicación, ya que su pragmatismo en defensa de los derechos e intereses del pueblo lo consagraron como columnas vertebrales en una militancia comprometida con la Patria.
El heroismo de estos revolucionarios fue tan bravío, que organizaron a obreros, campesinos y marginados y crearon un movimiento político-social que fue determinante para llevarse del Palacio Nacional al doctor Joaquín Balaguer en los comicios de l978, cuando el PRD y aliados postularon al hacencado Antonio Guzmán a la presidencia y obtener una victoria a medias, pues el líder reformista maniobró para quedarse con el Control el Congreso Nacional.
Los reformistas
La tarea más odiosas correspondía los reformistas, porque su papel era defender las ejecutorias de su gobierno y eso concitaba mucho repudio en el seno del pueblo.
No obstante, para ser justo, también fueron figuras con liderazgo y tenían influencia en todos los sectores de la sociedad.
Rafael Vallejo Lora, Octavio Almonte, Fabio Henriquez, José Enrique Sued Sem, Miguel Angel Luna Morales, Aney Muñoz, Eduardo Estrella, Estrella Sahdalá, Augusto Lora, Fernando Alvarez Bogaert, Hucho Alvarez, Mauricio Estrella, Rafael -Fello- Silverio y otros connotados dirigentes reformistas tenían capacidad y los debates ideológicos los desarrollaban con firmeza.
Se colige, por tanto, que los líderes de la oposición y los el gobierno se enfrentaban en todos los escenarios y cada quien exponía sus ideas con propiedad.
Situación hoy
Si comparamos aquella época con la actual se descubren muchas diferencias.
Ayer se trabajaba más en favor del pueblo; en la actualidad se actúa en función de lo material y los intereses de la colectividad son secundarios.
En el pasado se perseguía el bien común; en el presente se busca, en muchos casos, el bienestar particular.
Todos los líderes, incluidos lo de izquierda tenían influencia en la clase dominante, porque también la oligarquía estaba dividida entre gobiernistas y opositores.
En medio del cuadro actual, es lo que procede, se impone renovar e innovar la política como ciencia y , de paso, crear las condiciones para construir liderazgos comprometidos con el pueblo, ya que faltan muchos aspectos para que en el país se instaure una verdadera democracia representativa y participativa.
Es urgente buscar superar la crisis de liderazgos por un mejor Santiago y por una nación que alcance el desarrollo sostenido e integrado, porque es la fórmula para que cada dominicano tenga trabajo, alimentación, salud, educación, un techo donde guarecerse, sana diversión y felicidad.
Hoy se recuerda con nostalgia a esas figuras, en vista de que la crisis de liderazgo, en este momento, se refleja en las acciones distantes de los principios y valores éticos; los enfrentamientos son basados en nimiedades, asuntos personales y muchos sólo piensan en sus aspiraciones y el pueblo no le importa para nada.
En aquella etapa histórica, es lo que se registra en los archivos de los medios de información, los discursos de los opositores se orientaban, de un lado, a clamar por la libertad, la justicia, respeto a los derechos humanos y por la construcción de la democracia; de otra parte, se procuraba unir a las fuerzas vivas en una plataforma programática que perseguía captar adeptos para impulsar la revolución y la liberación nacional.
Los gobiernistas, siempre reformistas con la presidencia del doctor Joaquín Balaguer, como era lógico, defendían las ejecutorias del Gobierno y enfrentaban con el poder político, económico y militar a quienes combatía al régimen, muchos dirigentes opositores fueron asesinados.
“La Situación Mundial”, noticiario que dirigía el experimentado periodista don Ramón de Luna, era el medio por donde se escuchaban las voces de los contestarios que desafiaban la persecución, la represión y todas las violaciones a las Constitución y las leyes, porque tenían un norte: consagrarse en una acción redentora, pues anhelaban la alegría y la felicidad de los dominicanos y dominicanas.
En la actualidad, en la mayoría de los casos, quienes están en la política piensan más en las posiciones electivas que en la nación, en razón de que utilizan todas las maniobras para llegar al poder y enriquecerse a cualquier precio.
La oposición
El PRD, como ha sido su historia, estaba al frente de la oposición y cada día, justo a la 1:30 p.m., la población se concentraba en escuchar a “Tribuna Democrática”, el espacio político más influyente en la radio nacional y que s transmitía por radio Comercial, porque el profesor Juan Bosch en su fase de perredeísta, y luego el doctor José Francisco Peña Gómez, orientaban a los ciudadanos para que se incorporaran a la cruzada por la democracia representativa y participativa.
En realidad, es lo que se colige, la política se aplicaba como ciencia mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje que incidía en el desarrollo del intelecto y los conocimientos; también como arte porque se recurría a la creatividad para ejecutar los proyectos elaborados.
Marcos Martínez, quien fue el diputado más joven de esa época, recuerda a los dirigentes perredeístas Frank Castillo, Ambiorix Díaz Estrella, Antonio Guzmán Fernández, Salvador Jorge Blanco, Claudio -Pepe- Cabrera. Miguel Arias Castillo, Víctor Méndez, Héctor Grullón Moronta, entre otros.
Santiago fue una plaza tan importante contra el régimen de Balaguer, esto es historia patria, que aquí se montó la producción “Siete días con el Pueblo”, en la cual actuaron los principales artistas y grupos musicales de América Latina y el Caribe que enarbolaban la canción de protesta, a pesar de que la represión estaba en niveles alarmantes.
Más aún, en el l974 con el doctor José Francisco Peña Gómez a la cabeza, exactamente en la explanada del estadio Cibao, se anunció la formación del “Acuerdo de Santiago”, coalición integrada por izquierdistas, demócratas y derechistas que asumieron el compromiso de enfrentar unidos, a Joaquín Balaguer y su poderío. No fue posible participar en las elecciones, porque el Gobierno utilizó el poder absoluto para violar la Carta Magna y todos los derechos.
La izquierda
David Onelio Espaillat (MPD-PCT), Alfredo Conde (PCD), Pedro Juan Persia (PCD), Domingo Rosario (PCD), Mario Robles (PCD), Rolando Bretón (PCD), José -El Che- López (PCD) y Lorenzo -El Sombrero Vargas (MPD) se convirtieron en las voces que colocarona la izquierda en un posicionamiento estelar, hasta el extremo que tenían igualdad de participación en los medios de comunicación, ya que su pragmatismo en defensa de los derechos e intereses del pueblo lo consagraron como columnas vertebrales en una militancia comprometida con la Patria.
El heroismo de estos revolucionarios fue tan bravío, que organizaron a obreros, campesinos y marginados y crearon un movimiento político-social que fue determinante para llevarse del Palacio Nacional al doctor Joaquín Balaguer en los comicios de l978, cuando el PRD y aliados postularon al hacencado Antonio Guzmán a la presidencia y obtener una victoria a medias, pues el líder reformista maniobró para quedarse con el Control el Congreso Nacional.
Los reformistas
La tarea más odiosas correspondía los reformistas, porque su papel era defender las ejecutorias de su gobierno y eso concitaba mucho repudio en el seno del pueblo.
No obstante, para ser justo, también fueron figuras con liderazgo y tenían influencia en todos los sectores de la sociedad.
Rafael Vallejo Lora, Octavio Almonte, Fabio Henriquez, José Enrique Sued Sem, Miguel Angel Luna Morales, Aney Muñoz, Eduardo Estrella, Estrella Sahdalá, Augusto Lora, Fernando Alvarez Bogaert, Hucho Alvarez, Mauricio Estrella, Rafael -Fello- Silverio y otros connotados dirigentes reformistas tenían capacidad y los debates ideológicos los desarrollaban con firmeza.
Se colige, por tanto, que los líderes de la oposición y los el gobierno se enfrentaban en todos los escenarios y cada quien exponía sus ideas con propiedad.
Situación hoy
Si comparamos aquella época con la actual se descubren muchas diferencias.
Ayer se trabajaba más en favor del pueblo; en la actualidad se actúa en función de lo material y los intereses de la colectividad son secundarios.
En el pasado se perseguía el bien común; en el presente se busca, en muchos casos, el bienestar particular.
Todos los líderes, incluidos lo de izquierda tenían influencia en la clase dominante, porque también la oligarquía estaba dividida entre gobiernistas y opositores.
En medio del cuadro actual, es lo que procede, se impone renovar e innovar la política como ciencia y , de paso, crear las condiciones para construir liderazgos comprometidos con el pueblo, ya que faltan muchos aspectos para que en el país se instaure una verdadera democracia representativa y participativa.
Es urgente buscar superar la crisis de liderazgos por un mejor Santiago y por una nación que alcance el desarrollo sostenido e integrado, porque es la fórmula para que cada dominicano tenga trabajo, alimentación, salud, educación, un techo donde guarecerse, sana diversión y felicidad.
